NeusYorkina

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Amigos mios el tiempo se escapa!!!

Si, parece mentira pero es asi. Cada segundo que vivimos queda olvidado dentro de un minuto, y un minuto dentro de una hora y asi sucesivamente... Creo que le debemos un homenaje a todos aquellos segundos que hemos olvidado (por el tiempo) y disfrutemoslos de ahora en adelante como si nunca existiera un minuto.
Ya casi casi rozo el mes de mi estancia aqui y el tiempo parece que ha pasado tan rapido que apenas me he dado cuenta de cuando empece la universidad, las practicas, las amistades... Ni mucho menos he desaprovechado el tiempo, pero es cierto que durante un momento me hubiera gustado emular a Mafalda y gritar: "¡Que paren el mundo!"... solo para disfrutar 5 minutitos mas :)
El tiempo ha seguido imparable su curso, aqui todo el mundo va corriendo a los sitios, creo que he empezado a cronometrar mi estancia tambien... Tengo la sensacion de vivir dando vueltas de 360º mientras veo pasar a la gente hablando a mi alrededor en un lenguaje que comprendo pero no hablo. Siento vivir tipicas historias de erasmus fracasadas que aqui ni siquieran sirven para fiestas. Las palabras se me amontonan en la boca y las ideas en la cabeza, acierto a balbucear dos frases que aprendi hace tiempo. Direis que es tiempo pero este segundo, justo este, ya se me escapo... pensando y hablando en castellano.
Por otra parte, consecuencia de toda evolución, de este paso de agujas por el maldito 12, he perdido 6 números que han marcado durante mucho tiempo mi vida y mis amigos. Ahora comenzare a aferrarme a otros 6+1 números que no hacen mas que hacerme sentirme un poco mas cerca de esta misteriosa ciudad y, consecuentemente, a 5500 km de otros tantos números que han marcado otras tantas vidas y he marcado otras tantas veces.
Y, curiosamente, toda esta absurda reflexión de tiempo y números comenzó en aquel momento en que alguien me preguntó: "What is your cell number?"

domingo, 5 de septiembre de 2010

Siempre habrá alguien que se parta en dos en cada despedida

Es curioso como cambian las sensaciones, los sentimientos y las aptitudes cuando experimentas una adaptación a algún sitio. Los temores se vuelven, poco a poco, seguridad y acabas viendo como normal y rutinario aquello que era un misterio anteriormente. Y como dudas e inseguridades aquello que dejaste atrás (y este era mi miedo). Así ha sucedido. He llegado a pensar que aquí me quedo.
 Se que a veces me dejo llevar por la dicotomía y que quizás, y como siempre, prefiera la inseguridad del futuro al esfuerzo de mantener un presente. Esto es fruto de los anhelos que deposite en las personas que en Valencia se quedaron. Quizás la mejor fortaleza en una relación es la distancia. De hecho creo que la distancia llega a unir hasta tal punto que no es necesario tomar aviones o descolgar un teléfono. Es como aquello de prefiero echar de menos a alguien porque significa que lo quiero (independientemente de si me quiere a mi), aunque este lejos de mi, aunque no pueda verlo. Si, puede que hoy este mirando a la otra parte del charco pero también forma parte del aprendizaje que estoy sufriendo (irremediablemente) aquí. Estoy aprendiendo que, a veces, las personas se acuerdan mas de ti que tu de (porque a veces la sensación que tengo es la contraria) y, otras veces, me sorprende que simplemente se acuerden de alguien como yo; que tiende a construir una vida nueva cada 3 segundos o que cambia rumbo sin previo aviso. Afortunadamente esto esta cambiando (de la misma manera que ahora mantengo un presente) pero la sensación de que las personas se acuerdan de mi me sigue sorprendiendo y haciendome sentir especial. Agradezco esa sensación que me brindan y, puedo decir, que forman parte de mi equipaje porque lo curioso de esto es que no es necesario que me acuerde de ellas para que vivan lo que yo estoy viviendo. Siempre habrá alguien que se parta en dos en cada despedida...
De Nueva York tengo que decir que nada, absolutamente nada, que haya visto, sentido, oído, experimentado se parece a esto. Que ninguna de las palabras que se pueda encontrar en una enciclopedia llega a resumir lo que esta ciudad transmite; aunque aun no haya buceado en sus entrañas. Y, curiosamente, me parece una ciudad que ha perdido, en cierta manera, su identidad de tantas etnias y culturas que aquí han anidado. Aun así, las luces, colores y sonidos te acompañan de manera inseparable en cada paso y te recuerda a cada instante que estas en la ciudad que nunca duerme; quizás esta sea su verdadera identidad.
Me gustaría que aquella parte mía que deje en Valencia, o aquella parte de ustedes, pudiera ver todo esto. Y jugáramos a no despertar jamas de este sueño mientras la ciudad sigue despierta.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Empezando por el principio

Creo que hoy, justo hoy, es cuando comienza todo. Sera que es 1 y me gusta comenzar los principios desde el principio.

El viaje se hizo un poco pesado, nada mas despegar me invadio el miedo y la nostalgia de nuevo, estuve a punto de cambiar el videoclip por una escena al mas puro estilo Aterriza como puedas pero, y esto supone un minipunto para mi, consegui superar mis miedos y aqui me encuentro. A mi llegada no me impresiono tanto la ciudad, sera que no estoy justo en el centro de la gran manzana o, quizas, que aun no me termino de creer que esta va a ser mi vida durante 9 meses y no es un mero viaje de vacaciones. Sea como fuere, hemos aterrizado en la ciudad que nunca duerme para afincarnos en las entrañas del barrio de Brooklyn. 
Al dia siguiente, me levante con la sensacion de vivir a millones de años luz de mi país (estraña nostalgia que me entra cuando hablo de mi pais). Cerraba los ojos y el sonido de la calle me hacia imaginar que fuera corrian coches con matricula europea y el ingles solo eran dos guiris despistados... la guiri soy yo :S

Me he dado cuenta de lo que me da miedo es la distancia, esos millones de metros que me separan de la puerta de casa, de los conocidos, de mis familiares y amigos.
Pero no todo es malo. Conocer cosas nuevas supone volver a ser un niño, volver a sentir unos ojos vidriosos cuando te sorprende una ciudad que se alza majestuosa frente a ti, tan alta que a mi metro cincuenta le faltan prismaticos para ver el cielo. Asi es Manhattan :) Luces que te envuelven. Esa sensacion te acompaña la mayor parte del tiempo y podria decir que al final resulta totalmente adictiva. Asi que en plena alucinacion os dejo que os dejeis llevar por los gigantes y luces que me acompañan; quizas asi no estemos tan lejos.