Había pasado los días solucionando papeles y demás, ajena a lo que se me venia encima y, sobretodo, a como lo iba a asimilar yo; Maldita nostalgia mía!!! Y ahora, de repente, sin avisarme, me planto en el ecuador del viaje, mirando mas hacia el 30 (malditos 30!!!), mas hacia el futuro, mas hacia la despedida...
Puede que me invada el miedo a lo incierto, lo incierto de volver dentro de un año, lo incierto de más días desbordados sobre más calendarios.
Cuando empecé el viaje a Italia, a medio camino pensé que viajar era para aquellos que no se aferraban al presente que miraban incluso más allá de un futuro, pero, a la vuelta, pensé que viajar era encontrarte a alguien en el aeropuerto que te de un abrazo cuando llegas a casa. Creo que si, que me da miedo la vuelta. Es que es un año; es tanto tiempo que no tendría sentido que empezara con la cuenta atrás...
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